¿Por qué
está mi empresa en quiebra? Últimamente
me hacen mucho esta pregunta. Tengo por norma reunirme con cada cliente al
cierre del ejercicio y explicarles al detalle los estados financieros de su
sociedad, los ratios de gestión, las tendencias, cuál ha sido el resultado del
ejercicio, qué se puede mejorar, a cuánto asciende su coste por cada hora de
trabajo...
Año tras
año repito la misma operación, le aviso al cliente de su posibilidad de quiebra
en el futuro, con años de antelación. Les digo que si siguen gestionando su
empresa de esa manera pueden tener problemas serios en el futuro. No me hacen
caso. Piensan que exagero, que soy pesimista, que soy excesivamente legalista y
formalista. Y ahora, después de años avisando del problema, la quiebra ha
llegado, y están en una situación tal que ya no pueden hacer nada y tienen que
presentar concurso de acreedores con disolución, porque la empresa no es
viable, al menos, no viable para ellos.
¿Qué ha
pasado? Aparte de no haber querido escuchar los consejos de su asesor y de
haber hecho caso omiso a las cifras y estadísticas que le presentaba año tras
año, yo diría que han sido varias las causas, causas muy comunes en la mayoría
de las empresas y que seguro que os resultan familiares.
1. No
hacer un plan de negocio antes de constituir la empresa, ni nunca durante la
vida de la misma.
2.
Constituir la empresa sin dinero.
3.
Pretender hacerlo todo por uno mismo, no delegando las funciones que no sabemos
o no podemos llevar a cabo.
4. No
contratar personal cualificado.
5. No
formarse ni el empresario ni formar a los empleados.
6.
Utilizar la empresa para beneficio propio.
7. No
reiventir los beneficios en la propia empresa, provocando una
descapitalización.
8. No
tomar las medidas oportunas cuando empiezan a aparecer los primeros síntomas de
que algo no va bien y que hay que tomar precauciones: reducción de facturación,
reducción de beneficios, pérdidas, quejas o pérdidas de clientes.
9. No
tener en cuenta el medio externo: competencia, sector, situación financiera,
nuevas tendencias...
10. No
cumplir, o hacerlo deficientemente, con las obligaciones legales: protección de
datos, blanqueo de capitales, prevención de riesgos laborales, seguros de
responsabilidad civil, etc.
11.
Tener en cuenta sólo el precio y no la calidad, tanto en los bienes y servicios
que se compran, como en los que se venden.
12.
Hacer los presupuestos de ventas sin tener en cuenta los costes indirectos
reales, facturando sistemáticamente bajo coste, porque si no pierden la venta,
no dándose cuenta que en esos casos es mejor no vender.
13.
Mantener clientes nocivos que lo único que hacen es hacernos perder tiempo y
dinero, generando pérdidas y que tampoco va a generar beneficios en el futuro.
14.
Establecer mal las prioridades.
15.
Llevar una incorrecta gestión financiera y de cobros, alargando los plazos de
cobro a clientes e incumpliendo el pago a proveedores, pues la empresa hace las
veces de financiera, generando unos costes cada vez mayores que no puede
soportar, no llevando un control de los cobros y pagos.
16. No
aceptar que los pagos a hacienda y a la segurida social hay que hacerlos, les
guste o no.
17. No
tener en cuenta las posibles contingencias que pueda haber: inspecciones de
hacienda o de trabajo, gastos extraordinarios de cualquier tipo, retrasos o
impagos de clientes, etc.
18.
Tener un exceso de confianza en uno mismo y en la suerte, pensando que
controlamos la situación y que a nosotros eso no nos va a pasar.
19. No
preguntar a tiempo.
Lamentablemente,
muchas de las quiebras y malas situaciones de las empresas se podían haber
evitado con una buena gestión. Las empresas que está sobreviviendo son las que
están gestionando adecuadamente sus recursos; son las que ahora tienen que
sacar el dinero que tenían guardado para las vacas flacas, ese concepto
olvidado que tanto nos hablaban nuestros abuelos, no habiéndose llevado sus
dueños ese dinero vía nómina, factura o dividendos en momentos más prósperos.
Los
empresarios deben entender una cosa: la empresa tiene que darles de comer hoy,
mañana y pasado mañana. Cuando la empresa da beneficios hay que guardar para
mañana y hay que comprar equipos informáticos y maquinaria para hacernos más
competitivos, para ganar más dinero. Todos los que un día decidimos hacernos
empresarios, lo hicimos pensando en el dinero que vamos a ganar hoy, mañana y
pasado mañana. Si sacamos todo el dinero o lo malgastamos inútilmente, si no
maximizamos nuestros recursos, nuestra empresa no nos dará de comer mañana. Si
mi empresa va mal, me quedo sin ingresos; si va muy mal, me puedo quedar sin
casa. ¿No es mejor hacer las cosas bien desde el principio? Si cuando nos
encontranos mal vamos al médico y tomamos medicamentos, ¿por qué no hacemos lo
mismo con nuestra empresa?
Seguro
que algunas o muchas de estas cosas suceden en vuestra empresa. Si esto es así,
buscad inmediatamente asesoramiento especializado, o hacedlo vosotros mismos,
antes de que sea demasiado tarde y ya no tenga arreglo.
Por
supuesto, también hay casos en los que la quiebra es totalmente fortuita,
imprevisible. ¿O quizá no?
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